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  • Carta a Ing. Juan Manuel Fiore

    Carta dedicada al Ing. Juan Manuel Fiore de su amigo personal y colega Ing. Juan Enrique Marcet Juan Manuel Fiore fue colaborador principal de la Escuela de Caminos de Montaña desde su creación. Sus compañeros de trabajo y amigos de la EICAM queremos decir algo en esta triste ocasión, porque queremos reconfortar a su famiilia, y también porque creeemos que probablemente vamos a interpretar el sentimiento de muchos otros que lo conocimos en esta Facultad de Ingeniería. Primero como compañero de estudios, luego como colega en las aulas y laboratorios.

    Juan Manuel fue una personalidad fuerte. Fue un referente para muchos de nosotros, en la juventud y también en la madurez. Su tarea en la Facultad de Ingeniería fue prolífica, no solo en el Instituto de Materiales y Suelos, sino también en los órganos de gobierno de la Facultad y la Universidad.

    Muchos de sus compañeros de la docencia y de la política universitaria nos sentimos en no pocas ocasiones convocados por su entusiasmo, su energía, su constancia de militancia, su optimismo y su sensata rebeldía. Sabíamos que en él encontrábamos a alguien que nos ofrecía su apreciación sincera de las cosas, que daba el ejemplo para perseverar ante las situaciones complejas, y quien a veces no dudaba en patear el tablero, si entendía que era preferirse quedarse sólo antes que contemporizar con lo que no creía.

    La firmeza de su carácter no le impedía tener amigos, porque sabía ser jovial y amistoso. Era también alegre, y apreciaba y disfrutaba de las cosas lindas de la vida. Quizás por ello, por esa sinceridad y calidez que transmitía sin esfuerzo, era el negociador capaz de dialogar con los más duros adversarios de la política universitaria. Era a veces el único - de los que pensábamos como él - con condiciones de personalidad capaces de esas misiones: fortaleza, claridad política, perspicacia y a la vez calidad humana.

    La enfermedad que lo tuvo alejado hasta geográficamente de nosotros, quizás le haya permitido en sus últimos años tener el consuelo y la caricia de la naturaleza del Valle de Zonda. Un lugar para la introspección; un lugar para meditar sobre su fructifera labor de ingeniero, docente, militante de la política universitaria y padre de familia.

    A su esposa ¨Tere y a sus hijos, un sentido abrazo de quienes lo quisimos y nos vimos muchísimas veces confortados por su amistad leal y fraterna.
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